Ya dijimos antes que el exceso de agua es lo que más mata las plantas, y también dijimos que si queremos saber si es tiempo de regar, lo mejor es meter un dedo en la tierra y comprobar que esta ya esté seca. Si bien las plantas soportan mejor la sequía que el exceso de agua, también puede pasar que te vayas para el otro lado, y dejes a las pobres raíces capturadas en un mazacote de tierra dura.

¿Ahora bien, qué pasa si nos olvidamos de regar una planta por un buen tiempo? O si nos fuimos de viaje y aún a pesar de que le pedimos a nuestro hermano/a que no se olvide de pasar a regar las plantas, una vez que volvemos nos encontramos con el paisaje más desolador: ni una hoja verde, ni una.

planta seca 2

a esta la la encontré ya casi  muerta  necesita un milagro

 

No te aflijas, aún no es demasiado tarde. Hay un par de cositas que podés hacer para revivir esa plantita. Primero, con una palita, tenedor, o lo que tengas a mano, suelta  un poco la tierra, que seguro está toda compactada. ¡Pero con cuidado! No rompas las raíces.

Después, sumergí el sustrato por completo en agua. Déjalo ahí hasta que la tierra se humedezca por completo. Acuérdate que el agua tiene que ser tibia, no vale la que sale helada de la manguera en invierno ¡y menos que menos caliente! Un par de horas deberían alcanzar, pero quizás hagan falta más si la planta es muy grande. La idea es dejarla hasta que no pueda absorber más agua. Acto seguido sacá la maceta y déjala en un plato para que escurra. No te olvides de que una vez que dejó de drenar, tienes que sacar el exceso  de agua del recipiente.

Acto seguido, rocía las hojas. Hacerlo con un pulverizador, que puedes comprar en un cualquier ferretería, en el vivero de la esquina o en cualquier lado. Es igualito al que usás para humedecer la ropa a la hora de planchar. Si quieres reutilizar uno que tengas a mano, hervirlo antes, para que no tenga rastros de otros productos.

Ahora sí, a esperar y a cruzar los dedos. Dale tiempo para recuperarse a la pobre planta, se tiene que hidratar de nuevo y eso no es automático. Si pasan los días y la tierra se mantiene húmeda pero las hojas siguen tan secas como antes, entonces es hora de despedirse y dar lugar a un nuevo ejemplar. Si en cambio ves algunos de los tallos más gorditos y las hojas reluciendo con un nuevo verdor, salí a festejar, te lo mereces. No sin antes podar las partes secas que ya viste que no van a recuperarse

Una planta sequísima, . Esos pequeños brotes verdes me dan esperanza…

¿Cómo reconocemos una planta a la que le está faltando agua?

Las hojas amarillean y terminan por caerse. Tienen las puntas marrones y los bordes secos, tanto, que cuando los tocas se resquebrajan.
En muchas herbáceas sucede simplemente que las hojas y tallos se vuelven blanditos, sin forma. Caen casi desmayados a los costados de la maceta.
Si la planta tiene flores, vas a notar que estas caen antes de marchitarse, y que los capullos, todavía cerrados, también terminan por precipitarse al suelo.
En el caso de los cactus, cuando les falta agua sus hojas dejan de ser gorditas y saludables para pasar a ser finitas, con arrugas y grietas e incluso algunos agujeros resecos.

 

 

riego 2
Algunas cosas que deberías saber sobre el riego:
Su principal función es disolver las sales que están en el suelo para que la planta las pueda absorber por las raíces y vehiculizarlas a los tallos, hojas y flores.
El exceso de agua ayuda a que la planta tenga mucho follaje pero no muchas flores. La flor es el órgano reproductor de la planta y esta muchas veces se hace presente sólo cuando al ejemplar le falta agua y siente que debe reproducirse para propagar la especie antes de morir.
El exceso de agua favorece la aparición de hongos y bichitos.
La mejor agua de riego es la de lluvia. Lamentablemente, si vivís en una ciudad esto no siempre es cierto, ya que la polución degrada su calidad.
Las plantas SE AHOGAN. Las raíces respiran, al igual que el resto de las partes de la planta, y si están todo el tiempo tapadas de agua se asfixian.
Cuanto más grandes son las hojas de una planta, más agua necesita.
Tratá de mantener la tierra en un permanente estado de leve humedad durante la época de crecimiento.
La frecuencia de riego varía según la época del año y según la planta.
Tratá de que cuando riegues, el agua moje la tierra de la maceta por completo, sin llegar a drenarla, llevándose consigo todos los nutrientes. Eso quiere decir que no vale dejar la manguera con el agua corriendo dentro de las macetas… por ejemplo 😉
Todas las plantas necesitan riegos más frecuentes cuando son más jóvenes. Una vez que las raíces se desarrollaron bien, no necesitan tanta agua porque ya pueden aprovechar mejor la humedad de la tierra.
Siempre que puedas regá con agua tibia.
Cactus: regalos menos que a las otras plantas, pero regalos.
Si la planta está en flor, necesita que la tierra esté permanentemente húmeda, que de nuevo, no quiere decir empapada. Esto se aplica incluso en las plantas que florecen en invierno.
No te olvides, para saber si hay que regar ensuciate los dedos. No queda otra.

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