Australia es el continente habitado más seco de la tierra. En tamaño, tiene aproximadamente el 80% del área de Estados Unidos pero cuenta con una población de sólo 20,8 millones de personas, que en su mayoría viven en las costas este, sur y sudoeste, en las áreas limitadas, con más fuertes lluvias

El amplio territorio marrón: Tiene el uno por ciento de los recursos de agua del mundo. No tiene casi ningún río de agua de deshielo. Presenta una lluvia anual menor a 12 pulgadas a lo largo del 60 por ciento del país (mientras que otro 20% recibe menos de 25 pulgadas). Presenta lluvia muy variable de un año a otro. Ha experimentado 12 sequías grandes en los últimos 150 años. Por lo tanto, en un continente seco, actualmente en medio de una de las peores sequías registradas y con una restricción de agua sin precedentes en la mayoría de las ciudades y pueblos, con probabilidades de aumentar aún más, es muy simple: usar mejor el agua es “la” prioridad absoluta. En Redlands Research Station cerca de Brisbane, el uso del agua es un tema que se contempla en gran parte de nuestro programa de investigación de césped en las especies de temporada cálida.

No hay soluciones milagrosas

Los propietarios de jardines y los medios quieren una solución rápida: “Simplemente dennos un césped más tolerante a la sequía” es su pedido más común. Pero incluso el césped más tolerante a la sequía no sobrevivirá en una pulgada de césped sobre roca (que no es una situación poco usual en los nuevos desarrollos de casas). El césped tolerante a la sequía se construye desde el suelo hacia arriba realizando una serie de mejoras incrementales, no por medio de una simple solución que de alguna manera solucionará todo. Los pasos básicos son: Colocar un buen perfil de suelo. Asegurarse de que el agua pueda entrar en el suelo y almacenarse allí para que la utilicen las plantas. Plantar un césped bien adaptado, teniendo en cuenta otras restricciones del lugar como sombra, desgaste o salinidad. Controlar la calidad del agua, en particular para suministros de agua alternativos.

¿Eficiencia en el uso del agua o tolerancia a la sequía?

Primero, necesitamos ser claros sobre nuestro objetivo: ¿estamos buscando mejor eficiencia en el uso del agua o la capacidad de sobrevivir más tiempo a la vez que perdemos agua mediante la evotranspiración? Esto depende de las condiciones climáticas y de las posibilidades de lluvias. En un clima desértico, donde hay pocas probabilidades de lluvias a corto plazo, el césped depende totalmente del riego. En este contexto, la eficiencia del uso del agua es importante, aunque una reciente investigación en Arizona demostró pocas diferencias entre las diversas especies y cultivos utilizados. En un clima húmedo y subtropical como Brisbane, donde las probabilidades de lluvia en el futuro cercano son mucho más altas, el riego se utiliza en general como suplemento de la lluvia en las zonas con césped. Esto significa que un césped tolerante a la sequía que puede soportar más entre cada riego (momento para el cual la lluvia puede ya haber tenido lugar) puede realizar ahorros substanciales en el uso de agua de riego sobre un sitio con césped que se ve afectado con más facilidad por la sequía y necesita de agua de lluvia o de riego con más frecuencia.

Comience con el perfil del suelo

Al ser cultivado en un perfil de suelo construido adecuadamente en Brisbane, los céspedes de temporada cálida sobrevivirán largos períodos de sequía sin riego alguno, en el caso de la mayoría de las especies tolerantes a la sequía – bermudagrass (Cynodon dactylon e híbridos), blue couch (Digitaria didactyla) – y sin más que un riego ocasional estratégico para salvar la vida de los menos resistentes al agua. Para que el césped pueda lidiar con extensos períodos secos, el corte del suelo debe tener un mínimo de cuatro pulgadas (10 cm) y preferentemente seis pulgadas (15 cm) de profundidad a fin de brindar un adecuado almacenamiento de agua. Donde varía la profundidad del suelo, los parches superficiales se secarán con mayor rapidez y el césped allí incluso podría encontrarse sin vida para la siguiente lluvia. Pero con humedad en el perfil una vez más, muchos de esos parches “muertos” de bermuda y blue couch pueden lograr una recuperación completa, como muestra la Imagen 1. No sólo es importante la profundidad de la tierra bajo el césped, también lo es la calidad de esa tierra. Por ejemplo, la tierra de segundo nivel tomada de un lugar de construcción no dará los resultados deseados. Los suministradores de agua están mezclando cada vez más los componentes para crear suelos artificiales a medida que las fuentes de buena tierra natural se vuelven escasas. Los productos con compost crudo que aún se está descomponiendo se deberían evitar. Y las mezclas de suelo con alto contenido de materia orgánica (>25 por ciento) eventualmente caerán a niveles más bajos a medida que la materia orgánica se descompone. Esta es un área donde se requiere más investigación y más regulaciones para mejorar la calidad de la tierra utilizada debajo de las nuevas plantaciones de césped.

Entrada y almacenamiento de agua

A niveles de baja humedad, muchos suelos se tornarán repelentes al agua. La lluvia y el riego son mucho menos efectivos; el agua tiende a escurrirse a través del suelo; y no se humedece de nuevo con facilidad. Mientras que éste es un problema conocido en los greens de golf debido a los ácidos orgánicos que cubren las partículas de arena/tierra, no se sabe que la impermeabilidad también es una condición común en las grandes áreas de suelos infértiles de bosque que se encuentran en las áreas urbanas alrededor de Brisbane. El tratamiento normal para la permeabilidad de los suelos en áreas de césped de alta calidad es realizar aplicaciones regulares de surfactantes, que mejoran la entrada de agua reduciendo la tensión superficial. El trabajo de la Dra. Rachel Poulter con los surfactantes de nueva generación ha demostrado su efectividad para mejorar la infiltración. Al maximizar la cantidad de agua capturada en la tierra durante tormentas cortas de mucha intensidad, la infiltración mejorada se traduce en mejor calidad de césped en las áreas tratadas (Imagen 2). El pan recién colocado de todos los céspedes tiene un sistema radicular limitado y es vulnerable a la sequía. El uso del agua durante el establecimiento del césped también es muy visible para los políticos, administradores y para el público en general porque el riego regular se necesita hasta que hayan crecido raíces más profundas debajo del césped. Se ha desarrollado un número de productos de corrección del suelo (es decir, poliacrilamidas entrelazadas, espuma que absorbe el agua) para mejorar la capacidad de retención de agua. El rol de estos productos en el establecimiento del césped está siendo evaluado por el Redlands Turf Team por una beca de investigación de TPI.

Plante un césped bien adaptado

No existe el césped perfecto, o uno que crezca en todos lados y bajo cualquier condición. La tolerancia a la sequía no es el único atributo que se debe considerar al elegir un césped. Por ejemplo, alrededor del 25 por ciento de los sitios de césped está afectado por la sombra donde la mayoría de las especies tolerantes a la sequía, bermuda y blue couch, no tienen un buen desempeño. Los céspedes St. Augustine (Stenotaphrum secundatum), Manilagrass (Zoysia matrella) y Durbangrass (Dactyloctenium australe) crecen mucho mejor que la bermuda y que el blue couch bajo la sombra, y también mantienen el césped verde saludable más tiempo de lo que lo harían bajo el sol. Mientras que las grandes diferencias en la tolerancia a la sequía se encuentran entre las especies, las diferencias dentro de las especies también ocurren y ayudarán a maximizar el ahorro de agua en el futuro. El Redlands Turf Team y los científicos colaboradores de la Universidad de Queensland han recibido recientemente una beca del gobierno nacional para desarrollar más cultivares de céspedes tolerantes a la sequía para una variedad de usos. A lo largo de los próximos cuatro años, este emocionante proyecto se centrará en recolectar y evaluar los genotipos de bermuda de Australia para la calidad del césped y la tolerancia a la sequía.

Calidad del agua

Utilizar fuentes alternativas de agua de mala calidad, inclusive aguas recicladas, significa invariablemente que la salinidad será un problema. Las investigaciones en curso en Redlands se han dirigido hacia el césped en suelos afectados por la sal, y han identificado céspedes tolerantes a la sal que también se pueden utilizar con agua de mala calidad. Hasta la actualidad, se han analizado hidropónicamente 41 cultivares de césped de nueve especies distintas para evaluar su tolerancia a los niveles de sal de hasta 40 dS/m, o 74 por ciento del nivel de sal en el agua de mar. Además de confirmar los altos niveles de tolerancia a la sal en el seashore paspalum (Paspalum vaginatum) y Manilagrass, la Dra. Rachel Poulter descubrió una variación considerable en la tolerancia a la sal entre los cultivares de césped St. Augustine y bermuda (Imagen 3), lo que permite la selección de los cultivares más tolerantes para los lugares moderadamente salinos.

Uso del agua del césped vs. el paisaje

Los comentaristas de jardín que promueven los arbustos y árboles en los medios a menudo describen el césped como un gran utilizador de agua. Esto no podría estar más alejado de la verdad. Aún son posibles más ahorros en el uso del agua sin comprometer la calidad del césped o la jugabilidad. Craig Henderson observó el uso del agua a lo largo de todo el año en un número de campos deportivos a base de tierra en Brisbane. Bajo programas normales de riego frecuente, el campo promedio utiliza alrededor de 500.000 galones/acre (5 ML/ha). El riego semanal estratégico (que sólo se aplicaba si no había llovido la semana anterior, y la humedad de la superficie del suelo descendía rápidamente) aún mantuvo una buena calidad del césped y una superficie de juego segura, pero en promedio necesitaba menos de la mitad de agua de riego, alrededor de 240.000 galones/acre (2,4 ML/ha). En comparación, los cultivos de árboles como los cítricos normalmente requieren 500.000-750.000 galones/acre. Estos y otros hechos sobre el uso del agua deberían ser publicitados por la industria del césped en la actualidad, además de llevar adelante más investigaciones para comparar el uso reticulado del agua en el césped y en los arbustos y árboles. En Florida, los Drs. Dara Park y John Cisar probaron que, después del primer año, cuando se utilizó más agua para establecer el césped, su paisaje de arbustos utilizó más agua que el paisaje de césped, y esto continuó aumentando a medida que los arbustos crecían, mientras que el uso del agua por parte del césped se mantuvo estable. Necesitamos estudios de este tipo en Australia para ayudar a transmitir el mensaje al público de que el césped no es un gran utilizador de agua, sino una opción sostenible y ecológica a medida de que la presión en los suministros de agua urbana aumenta.