La luna y la salud. Si vivimos en contra de nuestra naturaleza, caemos enfermos.
De todos modos, nuestro cuerpo es muy paciente y soporta durante años nuestro estrés psíquico, que puede ser consecuencia de un puesto de trabajo poco gratificante, una relación de pareja que no es satisfactoria.
La automortificación, o la persecución de un ideal de belleza: ser eternamente joven y estar delgado, también puede proceder de la nicotina, las pastillas, el alcohol en exceso, o de prohibiciones que nos autoimponemos o que permitimos que nos impongan los demás, las causas son muy diversas y van debilitando nuestro organismo, entonces llega un momento en que este se revela y achacamos la enfermedad a los virus, las bacterias, o el medio ambiente, es el camino mas fácil, pero no es el mas correcto.
Interesa destacar que nuestro lenguaje puede colaborar en gran medida a generar enfermedades, ya que la mayoría de las veces el cuerpo reacciona ante un desequilibrio psíquico, justo en el lugar donde considera trasladarlo.
Cada dolencia tiene un sinónimo sobre el que vale la pena reflexionar ¿está resfriado?, pregúntese de cuantas cosas está usted «hasta las narices». Tiene dolor de garganta , pregúntese ¿qué es lo que no puede tragar?, le duele la cabeza, pregúntese ¿cuál es el problema por el que está a punto de «estallar»?.
Puede ser que su cuerpo le esté reclamando tranquilidad.
Es muy importante aceptar los sentimientos negativos, la agresividad, la cólera, la decepción, la tristeza, el enojo y la desesperación puesto que necesitan una vía de escape, al igual que el amor, la alegría, la dulzura, la solicitud y la pasión.
Es importante concederse algo de tiempo al día para escuchar al cuerpo y para mantener un diálogo con la mente.
Los malos sentimientos no deben reprimirse, debemos enfrentarlos. Es igualmente importante concederse de vez en cuando un tiempo de tranquilidad. El cuerpo no solo se recupera de los estragos diarios durante el sueño, necesita también fases conscientes de interiorización y de relajación.
En los tiempos que vivimos, se requiere de un gran esfuerzo para sentarse en un banco del parque y disfrutar de la naturaleza, acostúmbrese a relajarse una hora diaria, le hará un gran favor a su cuerpo, a su mente y a su espíritu.