Hace algún tiempo llevo guardando la gran pasión de poder publicar y dar a conocer a nuestros amigos lectores información sobre los más impresionantes jardines que se unen a los paisajes más sorprendentes que jamás haya visto durante mucho tiempo.
Como empresa hemos construido jardines en muchos lugares, sin embargo debemos reconocer que en muchas ocasiones hemos sido impactados por paisajes que poseen jardines impresionantes. Muchos de estos no necesariamente constituyen la obra de la naturaleza por si misma, sino que son creados mediante la manipulación del hombre. Fue a partir de ahí que nació en mi un profundo interés el cual me dio la motivación de escribir una serie de artículos sobre estos lugares que he visto y he admirado, los cuales llevan por titulo: Jardines Impresionantes.
Nuestra primera idea nace de una visita a las oficinas del servicio de extensión agrícola, ubicadas en los predios del Jardín Botánico de la Universidad de Puerto Rico en Rió Piedras. En este majestuoso lugar el cual ya había visitado antes pero al parecer no lo había observado detenidamente, se encuentran las oficinas de algunas agencias del gobierno, en este caso la del servicio de Extensión Agrícola. Cuando me dirigía hacia dicho edificio encontré uno de los mas impresionantes escenarios que haya visto jamás, este era El Jardín Monet (adaptación tropical). Era una mañana húmeda y muy fresca, yo iba en mi vehículo, ya que en algunas partes de este jardín botánico se puede transitar en automóvil, y al pasar por una de las veredas no pude resistir la tentación de detenerme ante tan majestuoso escenario natural. Fue tanta la impresión que recibí de este lugar que aun siento la sensación que este impresionante jardín causo en mi. Es desde ese momento que llevo esta gran pasión de mostrar a través de esta serie de artículos que hay espacios en los cuales las ideas del hombre se unen a la par con la gran majestuosidad de la naturaleza. ¡Que lo disfrutes!
Luis Santiago
Jardín Monet
La adaptación tropical del jardín monet en los predios del jardín botánico de la universidad de puerto rico es sin duda alguna es un lugar impresionante que se creo basado en la inspiración del gran artista y celebre pintor impresionista Claudet Monet. La versión puertorriqueña de este jardín inclúye los carasteristicos nunúfares o lirios de agua (familia Nynphaeaceae,genero Nymphaea).
El jardín de Monet
Claude Monet era pintor, el padre del impresionismo, pero también jardinero. Cuando en 1883 se instaló con su familia en Giverny (Normandía) convirtió los jardines de su casa en su placer y fuente de inspiración.
La casa tenía un huerto separado en dos por una avenida de pinos, Monet lo transformó en un jardín rico en perspectivas, asimetrías y cromatismo. Hizo quitar los pinos, excepto los más próximos a la casa, y aprovechó el desnivel del terreno para crear platabandas donde los macizos de flores de diferentes alturas creaban volúmenes y, sobre todo, mezclaban sus colores. Para ello combinó las flores más sencillas: amapolas y otras plantas silvestres, con especies más exquisitas, como los rosales trepadores, las clemátides y pasionarias, las peonías, las glicinias lilas y blancas, los árboles de flor. Cubrió la avenida central de arcos para dar juego a los rosales y, ornó la fachada rosada de la gran casa con enredaderas.
Monet huía de los jardines “cartesianos” en busca de espacios libres y sensoriales, más cercanos a la espontaneidad natural. El pintor-jardinero perseguía, al igual que en sus lienzos, la yuxtaposición de pinceladas de color, el paso de la luz entre las ramas, una atmósfera rica en impresiones. Con el tiempo se apasionó por la botánica. “Todo mi dinero va a parar a mi jardín, me tiene subyugado”, confesó una vez.
Diez años después de instalarse en Giverny, Monet adquirió otro terreno contiguo a su propiedad, de la que sólo estaba separado por la vía del tren. Era ya tanto su prestigio, que el prefecto, a pesar de la oposición de los vecinos, le permitió utilizar el agua del canal del río Epte que lo atravesaba para inundar un pequeño foso y crear un estanque. “Sólo se trata de algo ornamental y para el placer visual”, se justificaba, “pero también de un motivo para pintar”. Luego agrandó el espejo de agua hasta alcanzar su tamaño actual. Monet concibió este paisaje acuático de formas asimétricas y curvas a inspiración de los jardines japoneses que conocía a través de las estampas que coleccionaba y que tanta influencia ejercieron en las composiciones impresionistas. El puente japonés cubierto de glicinias, es, precisamente, uno de los protagonistas de este espacio, donde convive con sauces llorones, otros puentecillos, un bosque de bambú y, especialmente, las célebres ninfeas que llenan de flores el agua durante el verano.
Pocas veces un pintor se preocupó con tanto esmero de plasmar en la naturaleza un motivo de inspiración antes de pintarlo, así Monet creaba dos veces su obra. “Quiero pintar el aire donde se encuentran el puente, la casa, la barca. La belleza del aire donde están, y eso es imposible”, dijo. Será por eso que los pintó tantísimas veces. Después de la serie de cuadros con el puente japonés como elemento principal, se concentró en los nenúfares, hasta el gigantesco conjunto de las “Ninfeas” del Museo de l’Orangerie, de París, que se inauguró en 1927, un año después de su muerte, casi ciego en Giverny. Dispuestos en círculo para crear la sensación de inmersión en un jardín, junto a las flores acuáticas, pintadas durante la mañana (Matin), con el reflejo de las nubes sobre el estanque (Les nuages), con reflejos verdosos (Reflects verts), aparecen los sauces asomándose sobre el agua y, cómo no, un amanecer (Soleil couchant) en el jardín. “He dedicado tiempo a comprender a mis ninfeas… Las había plantado por placer y las cultivaba sin pensar en pintarlas… Un paisaje no nos impregna en un día…”.
La casa y los jardines de Monet en Giverny sufrieron grandes daños durante la Segunda Guerra Mundial. Fueron restaurados a imagen de lo que eran y reabiertos al público en 1980. La casa guarda en su interior una colección de estampas japonesas, además del taller del pintor.
Tanto la casa como el jardín de Monet pueden visitarse desde abril hasta octubre. Más información: Giverny and Vernon